Me gustaría que estuvieseis en mi
lugar para que pudierais entender exactamente lo que intento deciros. El
gozo tan enorme, el subidón tan tremendo que da cuando una clase entera de
niños se ríe de una broma en una película que tú estás acompañando.
Los días 2 y 3 de mayo hemos estado presentando “El Chico”, de Chaplin,
en el C.E.I.P Basilio Paraíso de Zaragoza. La experiencia no ha podido ser más
gratificante.
Las carcajadas generales cuando el chico rompe los cristales, durante
las peleas o cuando huyen a todo correr delante de la policía. El silencio respetuoso
ante el chico enfermo, con la madre acongojada o cuando lo roban de su padre es
algo indescriptible. O por lo menos yo no sé hacerlo. Y es que creedlo: no
existe un público más exigente y agradecido que un auditorio de niños.
Así que, muchas gracias a todos ellos por hacernos pasar un rato tan
inolvidable.
Aquí os dejo una muestra para que podáis ver lo que hicimos. Observad
la continua atención a la pantalla (alguna boca abierta vi yo) y las explosiones
de carcajadas que os he señalado.
A mí es que lo de los niños me puede.
No hay comentarios:
Publicar un comentario